Dice Patxi que se suben el sueldo para «dignificar la política»
Una de las cosas más chuscas que el respetable ha tenido que oír en la última semana es la afirmación del portavoz parlamentario del PSOE, Patxi López, sobre la subida de sueldos a los políticos y la “dignificación” del ejercicio político. Dicho de otro modo: que para que los profesionales de la política puedan ejercer su tarea con dignidad se hace necesario subirles el sueldo.
Lo dice un señor que desde los 28 años –actualmente tiene 63- no ha vivido de otra cosa que de la cosa pública. Es respetable, desde luego, cualquier opinión al respecto; sin embargo, habrá que recordar aquel lendakari que lo fue por la voluntad del PP, que ante el azote de las actuales circunstancias socioeconómicas que sufre una gran parte de la sociedad española se requiere un mínimo de sensibilidad, empatía y respeto. Luego, presumen del Gobierno de la “gente”. López en concreto tendría difícil recibir el sueldazo que percibe del erario público en la empresa privada, entre otras cosas, porque no se le conoce más oficio que el de “político”.
Modestamente, los únicos “señoritos” que conozco son los enchufados por su partido y su socio preferencial: Podemos. Hete aquí, el presidente de Correos, la presidenta de RTVE, el director del CIS, la presidenta de REE, el de la CNMV, el de Paradores y un largo etcétera. Estos sí que son auténticos “señoritos” y, lo son, sin arriesgar ni un solo euro; si fracasan en su gestión (como está ocurriendo) no tienen que rendir cuentas a nadie.
Hay más. Le voy a decir al señor portavoz López cómo se puede “dignificar” la vida política española hoy.
-No mentir a los ciudadanos, ni a los electores.
-Vivir como se predica: austeridad, ejemplaridad.
-Honradez en el manejo del dinero del contribuyente.
-Ser gente preparada técnicamente en los asuntos que se traen entre manos. NO colocar al frente de la decisiva Secretaria de Estado para las Telecomunicaciones a una profesora de educación secundaria que dice haber estudio Química.
-No robar a manos llenas.
-No hacer pactos, ni enjuagues con herederos de asesinos.
-Dar cuenta hasta el último céntimo de los denarios que provienen delas arcas públicas.
-Tener la valentía de decir NO a tu jefe de filas cuando persiste en el error, la mentira o provoca la división entre los ciudadanos.
-Tener la decencia de parar los pies –incluso con la dimisión- a tu jefe cuando establece diferencias de trato entre ciudadanos en el mismo Estado.
¿Quiere que siga, señor López? ¡Un poquito de por favor! Que muchos hemos estudiado y leído, cobramos menos que tú, y ejercemos nuestra profesión con dignidad.
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